miércoles, 25 de agosto de 2010

High Frequency Active Auroral Research Program HAARP



En 1901 Telsa inició los planes para construir una torre de transmisión eléctrica inalámbrica. Fondeada en un incio por el magnate J.P. Morgan, la torre Wardenclyffe era el intento de Tesla por demostrar como la ionósfera puede proveer energía eléctrica gratuita para todos sin la necesidad de cables eléctricos y que ademas guardaba el secreto mas importante que era la alteración de clima, secreto que debía ser oculto ante nuestras mentes bélicas y destructivas. Según va la historia, cuando Morgan se dio cuenta de que no había ganancia en proveer electricidad gratuita para todos, abandonó el proyecto. La torre del generador estaba intencionada para inyectar grandes cantidades de energía a puntos estratégicos del circuito natural de la Tierra usando la" red" de la ionósfera como circuito de transmisión. Esta energía rebotaría en enormes cantidades a la Tierra y sería canalizada por la gente a través de una pequeña antena esférica y una conexión de tierra. No sólo se transmitiría electricidad sino también información: básicamente Tesla intentaba usar el cielo como un espejo detonante de ríos eléctricos de datos.

La Tierra se comporta como un enorme circuito eléctrico. La atmósfera actuá como un conductor débil, esto permite que electricidad prevaleciente no se disemine. Los relámpagos excitan la cavidad formada entre la superficie de la Tierra y la ionósfera, lo cual detona la resonancia Schumann (se llamaría resonancia Tesla si la comunidad científica le hubiera creído en su momento) en todo el planeta. Esto es lo que Tesla haría al disparar frecuencias a la ionósfera, simulando relámpagos, obtener un flujo de energía de baja frecuencia. La resonancia Schumann puede ser usada para monitorear actividad electromagnética incluso en otros planetas. Esta técnica ha sido adaptada para crear auroras artificiales.

Para algunos la resonancia Schumann es una especie de marcapasos global, el patrón de frecuencia que regula eléctricamente a todos los organismos del planeta. Ubicada en 7.83 hertz es equivalente a las ondas cerebrales alpha, asociadas con estados de tranquilidad mental. Para decirlo de otra forma es el beat del planeta.

Toda esta abtrusa explicación científica viene al caso ya que según Tesla las ondas de baja frecuencia que se obtienen al excitar la ionósfera alteran también nuestro cerebro. Tesla creía, extrañamante igual que William Burroughs, que todo lo que puede hacerse químicamente en el cerebro puede hacerse eléctricamente. Esto es algo que se ha comprobado hasta cierto punto a través de la fotoestimulación y su naciente industria de las máquinas de luz y sonido, las cuales envían frecuencias de luz a ciertos ritmos para inducir a las ondas cerebrales a cambiar su frecuencia en estados de predominancia: Alpha, Beta, Gamma o Theta. "Si podemos controlar este sistema de resonancia electrónicamente, podemos controlar el sistema mental de la humanidad", cita a Tesla uno de biógrafos.